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En la vereda El Carmelo de El Peñol investigadores de la Universidad de Medellín pusieron a prueba un sistema de tratamiento de agua potable para zonas rurales que es más económico y pequeño frente a otros de su tipo.

“Está pensado para que sea instalado en viviendas en las que las personas buscan la quebrada que les queda más cerquita, toman el agua de esa quebrada y que la puedan tratar y es una garantía de calidad del agua que están consumiendo, nosotros lo llamamos agua que sea segura para su consumo”, explicó Luis Javier Montoya, Líder del Grupo de Investigación en Calidad del Agua y Modelación Hídrica de la UdeMedellín.

La implementación de este sistema se llevó a cabo en la vereda El Carmelo del municipio de El  Peñol y en la vereda Curití del municipio de Liborina, en el departamento de Antioquia. Además de zonas rurales del estado de Chiapas, en México, debido a que este proyecto de investigación tuvo apoyo internacional.

“La recepción de la gente ha sido muy buena porque en este proyecto nosotros partimos de la premisa de que no queríamos construir algo como impuesto, que estos pilotos fueran pensando en las necesidades de la gente, cuánto es realmente la demanda que gasta en el campo, cómo son las características de las viviendas en la zona rural y que ellos mismos nos dijeran cuáles eran los sistemas que más se adecuaban a sus necesidades”, detalló Montoya, quien además es profesor de la Facultad de Ingenierías de la UdeMedellín.

Así funciona esta planta de tratamiento
Este sistema está diseñado para almacenar 150 litros de agua, cantidad determinada tras un estudio de consumo de viviendas en zonas rurales en el que se determinó que es suficiente para satisfacer un hogar durante un día.

Su funcionamiento pasa por varias etapas. El agua se toma de una quebrada y pasa por una manguera para que llegue a un tanque que se encargará de eliminar la sedimentación, luego el líquido pasa por un filtro para eliminar las partículas más gruesas y a continuación a otro para filtrar las partículas de tamaño más pequeño.

“Luego pasa a una lámpara que mediante radiación ultravioleta inactiva los microorganismos que están presentes en el agua, y después es impulsado al segundo tanque que es para el almacenamiento, con el agua lista para el consumo. Este tiene una salida y ya va el agua hacia la vivienda. Allí hay un medidor de flujo para mostrar cuánto está consumiendo la vivienda y
sale el agua hacia la vivienda”, detalló el profesor.

Esta planta, además, tiene un sistema inteligente que está en la caja de control que se encarga de vigilar los niveles de agua de los tanques.

¿Qué sigue?
Varias familias que participaron con este piloto decidieron continuar con el uso de esta planta de tratamiento. Además, esta innovación fue presentada, en 2023, a las alcaldías de los municipios participantes.

Por ahora, la Universidad de Medellín trabajan en el perfeccionamiento de este sistema, en la normatividad y transferencia para que sea adquirido por empresas o alcaldía que lo quieran implementar.