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No hay día desde de la muerte de Jesús Rivera en la que su familia no lamente su pérdida. Dicen, que no es únicamente el luto, sino también la impotencia de sentir que murió sin atención médica. Denuncian que una negligencia en el Hospital San Joaquín de Nariño, le costó la vida.

El 10 de enero, en pleno confinamiento del Puente de Reyes, don Chucho, como era conocido en su fonda, comenzó a sentir molestias respiratorias. Por la ubicación de la vivienda, en Jurisdicción de Nariño, justo en el camino que conduce desde la vereda Puente Linda, en Antioquia, con Pueblo Nuevo, corregimiento de Pensilvania Caldas, su atención quedó en un limbo jurídico que esos que cuestan vidas.

Cuenta Maryuri Rivera, su hija, que a eso de las 7:00 p.m. ante la gravedad de los síntomas, se comunicaron con el San Joaquín, para buscar atención.

Legalmente, la familia debe ser atendida por este centro hospitalario ubicado en el casco urbano de Nariño, distante a más de hora y media  de camino. En circunstancias normales desde allí deberían enviar una ambulancia por el paciente para ser atendido, pero, en ires y venires, serían al menos dos horas valiosas para la salvación del paciente.

“Llamamos a Nariño, nos contestó la enfermera y nos dijo que eso no era una urgencia para hacer ir la ambulancia, que buscara que lo atendieran en otro lugar de primer nivel”, señala Maryuri.

Cuando las fronteras no son tan claras

Volvamos a la ubicación de la vivienda: Sector San Agustín, en el cruce de caminos que conducen entre Antioquia y Caldas. a treinta minutos  del poblado Puente Linda, en Antioquia, pero a menos de 10 minutos de Pueblo Nuevo, en Caldas.

Sin embargo, las distancias no son iguales cuando de acceder a la salud se trata. Del lado Antioqueño hay un centro de salud en el corregimiento Puerto Venus, a casi 40 minutos, está también el Hospital San Joaquín de Nariño, a hora y media; mientras que el de Caldas está en la zona urbana de Pueblo Nuevo, lo que significa solo cruzar un puente.

La lógica de las urgencias no conoce mucho de fronteras. O eso al menos pensó la familia de don Chucho, quienes por sentido común se acercaron al vecino departamento y allí recibieron atención primaria.

Para ese entonces, y mientras estabilizaban al paciente y hacían llamadas para pedir la remisión, se hicieron las 10 p.m., los familiares dicen que previamente hubo comunicación con el Hospital de Nariño hacia donde partió  la ambulancia de Pensilvania con un conductor y una enfermera.

Para ese entonces, cuenta su hija, ya sabían que estaba con poca oxigenación, saturando por debajo del 30%, y con una sospecha de afectación pulmonar por covid-19, aunque una primera prueba rápida señaló un negativo. “Le pusieron oxígeno y empezó a reaccionar, creíamos que se iba a salvar”, dice Maryuri.

Todo iba bien, según denuncian, hasta que llegaron al pueblo sobre las 11:30 p.m. Ahí empezó otro calvario, porque, en Antioquia no hubo atención.

“Cuando llegamos nos dijeron: ‘Ay no, no se lo puedo atender, porque hay la posibilidad de venir con covid y nos contamina el hospital’, denuncian que les dijeron que tenía que seguir. La afirmación se ve en un vídeo que tomaron sus hijas, en medio de la impotencia mientras suplicaban atención.

Con la ambulancia parqueada en la puerta del hospital, el paciente se quedó sin oxígeno y el tiempo corrió en contra de la salud de don Jesús, se ve en el vídeo grabado por los familiares, como suplicaban atención.

“Llamé al alcalde, le dije que necesitábamos atención urgente y que el médico no quería  hacer nada por él. llamamos al gerente del hospital. de otro lado llamaron a la Secretaria de Gobierno, se movió todo”, al final lo atendieron a la 1:00 a.m. del 11 de enero., a esa hora y aún en la ambulancia, lo canalizaron y lo conectaron a una pipeta de oxígeno. A las 1:15, en el sector La Quiebra de San Juan, la vía que comunica a Nariño con Sonsón, cuando lo remitían a un centro de tercer nivel, don Jesús murió.

La cadena de errores

Juan Felipe Cadavid, gerente del Hospital San Joaquín de Nariño, señala varias  fallas en el procedimiento de traslado. Entre otras, que debía estar acompañado de un médico, no de una enfermera y estar, al menos, canalizado para su remisión.

Entre otros factores, desde el hospital se argumenta que siendo ambos centros asistenciales igual complejidad, la remisión se debió hacer desde el principio para uno con mayores recursos, en este caso, a La Ceja, distante a más de cuatro horas desde la vereda de donde partió originalmente el paciente.

Cadavid reconoce que no se autorizó el ingreso del paciente al Hospital por el riesgo de una infección de Covid que pudiera afectar a los demás pacientes. “Para que vamos a hacer bajar el paciente si requería otro traslado. Era bajarlo con sospecha de Covid, infectar todo el hospital, sabiendo que inmediatamente había que subirlo a otra ambulancia. Por eso les dijimos sigan en la misma ambulancia, les brindamos la atención, le prestamos el médico y los mandamos en remisión”, explica el Gerente.

Sin embargo, ese tipo de tecnicismos, no son entendidos por la población, menos con un paciente de gravedad. “Durante todo ese tiempo estuvo en la ambulancia sin oxígeno y pidiendo ayuda”, lamenta Maryuri, quien acompañó el traslado en medio de la impotencia.

La versión oficial.

“El paciente llega a nuestra institución a las 11:40pm en la ambulancia de pueblo nuevo con una saturación de 37% con oxígeno, el medico de turno debido a que se debe seguir en traslado primario ya que al igual que pueblo nuevo somos nivel 1 de atención y no contamos con los suficientes recursos y equipos biomédicos para atender pacientes de alta complejidad , el medico intenta suministrar insumos y medicamentos como líquidos endovenosos con equipo de venoclisis, mascara de no reinhalacion y dexametasona en ampolla para la estabilización del paciente dentro de la ambulancia que venia trasladado ya que como se dijo anteriormente debía ser remitido y por sus síntomas de covid no debía ser ingresado al hospital ya que no teníamos los medios para la atención si no seguir en remisión en transporte primario, ya que desde pueblo nuevo tampoco se había comentado el paciente a ninguna institución, cabe aclarar que estos insumos y medicamentos no fueron aceptados por parte del conductor y personal de salud que lo acompañaba” (sic), señala el hospital por medio de un comunicado.

“Una vez llega el medico disponible observa que no cuenta con acceso venoso para el suministro de medicamentos, además se observa el mal estado general del paciente donde se evidencia dificultad respiratoria marcada, se estabiliza el paciente suministrando corticoide y oxigeno con mascara de no reinhalacion a 15 litros por minuto, además de colocar al paciente el cubito prono, con leve mejoría de saturación de oxígeno y se procede al traslado primario a pesar de que el conductor se negaba a realizarlo ya que manifestaba que ya era responsabilidad de nosotros como E.S.E, por lo que se hace obligatorio comunicación con la gerente del hospital de Pensilvania la cual autoriza de inmediato el traslado en la ambulancia de ese hospital, lamentablemente el paciente en el camino presenta una falla ventilatoria aguda y fallece”, señala textualmente el comunicado enviado a Actualidad Oriente ante la solicitud de información del caso.

 

Dotación de los hospitales primarios, otra deuda con la comunidad

En 2020, ante el inicio de la pandemia por Covid-19, el Hospital de Nariño comenzó una campaña de solidaridad. En otras palabras, el gerente sacó la ponchera para intentar, por medio de la caridad, conseguir dotación para el Hospital con el fin de atender los casos, en ese entonces se necesitaban al menos 1.300 millones para garantizar el funcionamiento, hoy la situación es similar.

La falta de insumos compromete las vidas de los nariñenses. En el comunicado del hospital, por ejemplo, señalan que durante el tiempo que don Chucho permaneció en la puerta, una madre gestante estaba en trabajo de parto de riesgo. Así que la ambulancia ya estaba comprometida para ella. No había más recursos

En defensa del centro asistencial, el gerente explica que “se le prestaron las primeras atenciones, incluso, no traían un médico, acá se les prestó un médico, desde acá se consiguió la aceptación del traslado”.

Oriente es una de las regiones con mayor afectación por Covid-19, en la actualidad hay un promedio de 97,3% de ocupación de camas de cuidados intensivos en los dos únicos municipios que tienen este nivel de atención en la región: Rionegro y La Ceja. El fin de semana de reyes, la ocupación llegó por momentos al 100%, lo mismo que en el Valle del Aburrá, eso hizo que a muchos pacientes como don Chucho, para salvarles la vida, fuera necesario remisión a subregiones lejas y hasta se habla de la posibilidad de trasladar pacientes a otros departamentos con menor ocupación.

Denuncias de lado y lado

Dentro de la discusión, señalan desde Nariño, hay varios antecedentes por atención entre Pueblo Nuevo y fallas en los traslados. “Nos tocó una vez un paciente con apendicitis, que lo trajeron en ambulancia y le dijeron que entrara a pie sin remisión”, explica el gerente.

Insisten en que en el caso de Jesús Rivera, debió haber sido acompañado por un médico y que, siendo dos espacios con igual capacidad de atención, se debió trasladar al paciente a otro lugar con más recursos.

De otro lado, los habitantes de la zona de Puente Linda, en el límite con Caldas, señalan que no es fácil que los atiendan en Pueblo Nuevo debido al sistema de aseguramiento. Las denuncias son que Savia Salud de Antioquia no autoriza el traslado de fondos por atenciones de pacientes antioqueños al centro de salud caldense.

 

El Covid no conoce fronteras

Entre tanto, días después de la muerte de Don Jesús, la familia recibió el resultado de la prueba PCR, con un diagnóstico de Covid-19 positivo y entran a engrosar las cifra de 7 casos, que según la Gobernación de Antioquia, están activos en Nariño, siendo un municipio catalogado como de mediana afectación.

El problema, es que no pasa lo mismo para el lado caldense.  En Pueblo Nuevo, el alcalde de Pensilvania, Jorge Orlando García, decretó cuarentena estricta entre el 13 y el 18 de enero ante un brote que dejó 3 personas muertas y 27 personas, de 50 que se hicieron la prueba, infectadas por covid-19.

Según declaró el mandatario ante un medio de comunicación local, entre las posibilidades del incremento de contagios en esta población, compuesta por al menos 500 habitantes, no se descarta que las cuarentenas decretadas en Antioquia llevara  a que muchas personas se fueran a pasar vacaciones al corregimiento, en donde sí podían salir.

Así como en Nariño, el centro de salud de Pueblo Nuevo carece de dotación, e, incluso, en pleno brote de covid, se conoció que el lugar permaneció sin médico debido a una licencia de la única médica adscrita al lugar.

Entre tanto, la población queda en el limbo, y la fonda, esa que hasta hace una semana atendía don Chucho, al igual que los habitantes de esta zona, seguirán en la mitad, al tiempo que de lado y lado del río siguen llorando la muerte de Jesús Antonio Rivera, quien murió a sus 65 años, luego del paseo en ambulancia entre dos departamentos buscando atención médica.

Por: Carolina Pérez Ramírez